Me es imposible ignorar lo que guardas en tu mirar,
desesperadamente intento encontrar esa luz que se oculta y que a su vez es
prohibido de tocar. Eres como aquél que sepulta la intensidad de un amor
inimaginable tras los pasos de aquel gato negro que entre ventanas nos vigila, guiándonos hacia
aquel destino cruel que nadie a consciencia eligió en su vida llamada amor.
Los diferentes climas que sedujeron nuestros cuerpos aquella noche hasta el punto
de llevarnos al más deseado éxtasis y lujuria, los candelabros que iluminaron
nuestros mundos, nos llevaron a aquel corredizo tras una cortina
carmesí, aquella que ocultaba nuestra caja de pandora… aquella que decidimos
abrir por simple curiosidad…
No fue sino hasta el final del deseo aquello que no pudimos
predecir que vendría, ese estado en el que nos corrompemos, nos ensuciamos, nos
dañamos, nos amamos y volvemos a la realidad…
¿Dónde ha quedado el
amor que en tus ojos se ocultaban?…
¿Después de tanto ha desaparecido…?
¿Son mis lágrimas y mis manos aquellas que se desangran por tanto llorar y
escavan tras aquello que has perdido…?
Y así, como un leve suspiro desapareciste tras las cortinas
que una vez ocultaron nuestros más sinceros sentimientos y penas… es así como
pasé de ser amada a ser ignorada en un segundo y sola, mientras que el silencio
se cortaba por mi amargo grito de dolor llamando a tu nombre, me hallo ahora
deseando volver a aquél tiempo de amor que decidimos guardar siempre en
secreto.
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