Un manto que convierte lo feo en belleza…
Una flor que arrebata la maldad…
Un conjuro que recito en las noches…
Y de esa forma verte descansar…
El cielo que con sus estrellas escribe los
acontecimientos que ocurrirán, me obligan ahora a decaer para poderte alcanzar,
llegar a aquél mundo que creas con tus mágicas manos, ese lugar en donde tu
mente suele divagar.
Dices y prometes que bajo mi sombra siempre estarás, mas
sin embargo huyes en las noches
Y ocultas tu rostro para no poderte encontrar…
La luna una vez te dijo “sé paciente y así aprenderás, con solo correr no lograrás
lo que tus sentimientos realmente desean hacer realidad, sé la tortuga, no el
conejo…”
Pero heme aquí…
Siempre esperando, siempre pacientemente a tu regreso…
Llorando por aquellas palabras que han cortado ahora mi
alma, mis esperanzas, mis sueños…
¿A dónde te has ido?
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